El abismo

Me adentré en el bosque. No hacía frío, ni calor, no hacía nada. Era el no sentir de la huida.

El placer de escapar, de desbocarse por encima de un suelo que se hunde a cada paso, de imaginar que lo has dejado muy lejos.

Equivocada, supuse que huía de ti, pero tu no me perseguías. Huía de algo peor. Cuando crees alejarte de los fantasmas olvidas que están creciendo gracias al mismo miedo que te hace huir.

Es un círculo infinito, un eterno retorno.

Y corres. Corres hasta que al final te adentras en el bosque de la locura.

Y después, el abismo.



M.







Premio del jurado en el Concurso de microrrelatos Kimura Editorial Sexto Piso